Los incendios -por lo general, intencionales- en pastizales, basurales y cañaverales en el interior de la provincia se han vuelto una postal recurrente. La práctica ilegal, advierten las autoridades, no sólo contamina el medio ambiente y afecta la salud pública, sino que además puede provocar daños en el tendido eléctrico y la interrupción de otros servicios esenciales.
Hoy, un automovilista registró con su teléfono celular una escena que evidenció un nuevo caso de esta actividad.
"Estamos pasando por la ruta (nacional) 38, la alternativa, entre Monteros y Famaillá. Una belleza cómo queman", afirma, con tono irónico, el autor de la filmación enviada a LA GACETA.
Según el automovilista, por el lugar "no pasa absolutamente nadie de nadie a controlar".
En rigor, la quema de cañaverales es una práctica que está generando más de un "dolor de cabeza" al personal de las reparticiones encargadas de sofocar los incendios, como bomberos voluntarios de distintas localidades, Defensa Civil, Delitos Rurales de la Policía y la secretaría de Medio Ambiente.
En promedio, se reportan unas 50 denuncias por esta actividad en las líneas del 103 (Emergencias de Defensa Civil).